Nuestro mayor reto hasta ahora después de la primera en Riaza. Subida y más subida. Agua y más agua. Pero cuando pensábamos que ya nos íbamos, encontramos un refugio acogedor. Nos quedamos allí a comer, nuestro intrépido espíritu aventurero nos puede.Después salímos pitando a por un café calentito al pueblo, pero la marcha estaba hecha. Lástima que la niebla y el agua no nos dejaran ver la preciosidad del paisaje. La ruta ha sido quizá la más bonita que hemos visto. Hemos decidido repetirla en primavera para poder disfrutarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario